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55 Pág. Abuela Xanino Los cuentos de la Abuela Xanino

 

Y ya veis a Milagritos buscando en las páginas de Internet profesoras nativas de Inglaterra que quisieran venir a trabajar a España. Puso anuncios en todas las Agencias y con eso de que en España siempre hace sol y sólo llueve de Pascuas a Ramos, consiguió varias candidatas.

La que más le gustó fue una que se llamaba Priscilla y, además de que era de Oxford, cuando le ofreció un sueldo un poco más alto de lo que era verdad sin que nadie lo supiera y le dijo que tenía una casa preciosa gratuita en uno de los mejores ambientes del Jardín, la señorita Priscilla aceptó encantada el puesto de profesora de inglés. Y allá que se presentó un buen día la tal señorita Priscilla en el Jardín de Milagritos.

¡Las ganas que tenía Milagritos de conocer a la profesora, no podéis imaginaros! Llamó a la lagartija Trapisondas para que hiciera las fotos de bienvenida, a Tadeo lo hizo ir con Don Buho Miratodo al que había nombrado Concejal porque era muy inteligente y, por supuesto, también estaba en el comité de recepción, el Director del Colegio, el Erizo Don Huberto que apareció acompañado de la Banda de dicho Colegio “Los grillos enloquecidos” que estaba formada por los mejores músicos de toda la urbanización.

La señorita Priscilla apareció en un taxi cargado de maletas, con un vestido de manga corta aunque el tiempo la verdad es que era bastante fresco, pero aun así y todo estaba sudorosa como si fuera pleno verano. Y Milagritos cuando la vio, se llevó la sorpresa de su vida, porque no se le había ocurrido pensar qué clase de animalito era y allí plantada delante de ella con un sombrero ¡fabuloso! que la llenó de envidia, se encontraba una conejita blanca con unos ojos coloraditos y una cara de despistada que los dejó a todos patidifusos. La verdad es que no era muy guapa, un poco vieja parecía, aunque todavía estirada pero muy puesta ella, y saludando a todos con un “jauaryu” que nadie se atrevía a responder, fue saludando a todos los que habían ido a recibirla.